14 Oct EL MODELO COLAPSÓ
Los difíciles tiempos que atravesamos como humanidad, nos develan situaciones absurdas “que fuesen de locos imaginar” si no ocurrieran en nuestra realidad: Padres que matan a hijos, hijos que se vuelven contra padres para darles ese mismo destino, profesores que violentan a estudiantes, etc., pasan en cualquier momento a ser noticia del día.
Hoy nos estremecemos frente a lo ocurrido en una institución educativa en la que se dice se han violentado a más de 100 menores, y por ello, creemos indispensable que reflexionemos sobre cosas de fondo que no se solucionan con placas de la infamia o correctivos administrativos, o la simple sanción del criminal, sino que eviten en el largo plazo que estas acciones se vuelvan a presentar.
La pura meritocracia, la suma de cartonería, nada o poco dice del alma humana; es necesario conocer de manera más cercana a la persona a la que se le va a encargar la responsabilidad de atender, cuidar y formar a niños y adolescentes. De ahí, que la selección del docente deba atender preferentemente a su lado humano.
Un centro tan lejano como el Ministerio en Quito, ¿puede ser responsable de lo que ocurre en una institución del noroeste de Guayaquil? ¿Una institución con una estructura funcional-elemental, puede responsabilizarse a cabalidad por lo que ocurre dentro de ella? ¿Un rector o director, puede responsabilizarse si no tiene autoridad real sobre el conjunto, que ni selecciona ni conoce?. Estas deberían ser las preguntas claves a responder.
No se puede gobernar desde un centro lejano a instituciones en las que ocurren actos humanos y no solo estadísticos, no se puede sin supervisión interna permanente y abundante, asumir a cabalidad el control de una institución educativa; y no se puede sin conceder autoridad plena a un rector o director, pedirle eficiencia en sus quehaceres. El modelo centralista colapsó, la disposición lejana y llegada casi siempre inoportuna, claudicó.
Generemos estructuras sólidas, autosuficientes y responsables para garantizar institución.
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