¿OPCIÓN A LA ESPERANZA?

Al escuchar el discurso de posesión del señor presidente de la República, pudimos rescatar algunas perlas, frases o pensamientos que sin duda rompen las gasas que han estado nublando y enrareciendo la relación ministerio – educación particular. Vista ésta última como contrincante, como enemigo a doblegar o vencer, ha sido en más de una ocasión a lo largo de estos diez años, maltratada. Decía el presidente Moreno: “Nada sobre nosotros, sin nosotros” y agregaba luego, ampliando aún más el espectro: “Nada de los ciudadanos, sin los ciudadanos”. Ya esto, si se lo llegase a cumplir y practicar, marcaría un cambio significativo en el trato y relación con la educación particular, que fue desplazada de todo tipo de comisiones y marginada de todo tipo de análisis, encuentros o participación. La famosa “socialización”, instancias en que se convocan a muchos para que solo una voz se escuche, luego se invoquen y resuelvan consensos, resultó ser la característica del actuar ministerial. Así se normó sobre la educación particular, desde escritorios burocráticos, en ocasiones desde el desconocimiento de que el sector privado responde por ley a otras normativas; se impuso a rajatabla el criterio ministerial, se invocó la rectoría y simplemente se aplicó un fuerte yugo que actuó sin consideración ni respeto. Por tanto, realmente es bueno y nos luce opción a caminar, el hecho de que se abran las puertas del diálogo, se analice y se considere la existencia de una educación particular, que no es “la puñalada mortal para la democracia”, como se dijo en la sabatina de Jaramijó, sino un catálogo de alternativas diferenciadas para educar a niños y jóvenes. Que el ministerio entonces tome la palabra presidencial, la honre y abra la posibilidad de esos encuentros y diálogos, para que cada quien, cumpliendo con lo que le corresponde y dando de sí lo mejor, pueda avanzar hacia la construcción de una sólida educación ecuatoriana, concepto que transciende lo público y lo privado y que habla de la pluralidad de ofertas entre las que el intelecto del siglo XXI pueda escoger y realizarse.
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