TRABAJO JUVENIL

Quienes crecimos honrando el trabajo, ya sea porque vimos a nuestros padres entregados completamente a ejercerlo o porque se nos enseñó a admirar a quienes dentro y fuera de la patria, desde muy jóvenes, en ocasiones, a los 16 años, iniciaron su vida laboral o de emprendimiento, ciertamente no entendemos del todo esta nueva ola de liberar al adolescente o al joven de toda posibilidad de laborar, haciendo ver al trabajo como una carga o un castigo. No deseamos que se sustituya la jornada de estudio para que se trabaje, nunca, pero sí sería deseable que se abrieran o construyeran los mecanismos para que el adolescente y el joven, por horas, durante los fines de semana o en otros momentos, como en otros países, puedan acceder al trabajo real y encontrar así una fuente de recursos que aligeren la carga de los padres al sostener mesadas entregadas simplemente por amor filial. Sin duda el adolescente de hoy, como el de todos los tiempos, tiene sus gastos personales. Su vida social entre amigos, las idas al cine, al centro comercial, a practicar deporte, o simplemente el comerse un emparedado o una hamburguesa, le demanda tener en el bolsillo cantidades razonables para estos gustos, que bien pudieran dejar de salir del bolsillo de papá y venir como merecida retribución por un trabajo realizado. Que el adolescente necesita dinero en el bolsillo es un hecho. Que en tiempos de crisis esto resulta una carga para los padres, una realidad; por tanto, en vez de dejar la puerta abierta para que el púber o los jóvenes busquen en territorios prohibidos o ilícitos saciar esa necesidad, generemos opciones que abran la posibilidad del trabajo para el adolescente  y creemos espacios y lapsos en los que le sea posible, por su labor, acceder  a una remuneración. El joven en el colegio y fuera de él, puede caer por la desesperada búsqueda del dinero, en el microtráfico, el “bullying” extorsivo, la prostitución o en el mismo robo, para cubrir sus necesidades. Por ello, facilitemos el trabajo juvenil que posiblemente ayude económica y moralmente a salvar vidas.
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