A grandes males…

Aproximarse por un momento al mundo de la educación básica pública es encontrar realidades duras y difíciles de aceptar y que nos hablan de grandes y profundas diferencias en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, aunque no es una novedad del todo, sí asusta la presencia mayoritaria de estudiantes que se encuentran cursando el octavo año y que no saben literalmente leer y escribir. Las realidades de distancia que imposibilitaron la conectividad, de contar con los equipos adecuados y por qué no también, la desidia de las familias y el poco entusiasmo de los alumnos, nos han entregado una realidad que espanta y que hay que cambiar y subsanar de manera inmediata. “A grandes males, grandes remedios”, decían nuestros abuelos, y eso, aplicado a la necesidad actual, nos llevaría a tomar decisiones drásticas pero que sin duda son las necesarias para cambiar la realidad existente y sentar firmes bases para el aprendizaje posterior. El reto, autoridades ministeriales, está dado por atender y solucionar los vacíos existentes y no por la continuidad inoficiosa atropellando el programa de estudios. Se vuelve imprescindible parar la programación y, haciendo a un lado el currículo, dedicarnos a trabajar en aquellas falencias de conocimiento que tengan los estudiantes: unificando grupos de acuerdo a los vacíos existentes y trabajando con estos, aunque en algunos casos haya que volver a las enseñanzas que debieron darse dos años atrás. Seguir promoviendo analfabetos solo nos llevará, después de unos años, a graduar analfabetos que no estarán para nada preparados frente a los desafíos universitarios, y que acaso, en este país nuestro de cada día, donde nada es imposible, se sientan una vez titulados, con derecho a reclamar el acceso a la universidad  aunque no manejen las herramientas necesarias. Cortemos por lo sano, y aunque nos tome un año o dos, en algunos casos, paremos programación, enseñemos lo que necesitan  y no saben, y solo entonces avancemos en las ciencias del currículo, sabiendo que unos aprovecharan más y aventajaran más, mientras que otros tomarán mayor tiempo y exigencia.   Dr. Abelardo García Calderón
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