Accidente Previsible

Ya sea accidente, como lo han manifestado las autoridades, o acto intencional, lo cierto de lo ocurrido en un colegio de Durán es que un arma de fuego estuvo en el interior de la institución y al alcance de manos adolescentes, por sobre todo: inexpertas, inestables y emocionalmente fáciles de influir y mal proceder.

Ya estarán contentos de que a nuestros lares llegue la violencia armada escolar aquellos defensores a ultranza de los derechos. Sí, porque el derecho a la privacidad de la mochila ha triunfado sobre el derecho de respetar la vida ajena y el derecho y la obligación de toda autoridad de proteger a todo su alumnado. Las mochilas, loncheras, termos, no pueden ser revisados pero sí pueden ser artefactos portadores de desgracia, violencia o adicciones, sin que nadie pueda decir algo.

El accidente era previsible en ese marco sobreprotector que se ha creado sospechosamente y que, por otro lado, implica la pérdida de autoridad, supervisión, control y correctivos que los directivos y educadores deben tener en sus manos como herramientas para realmente formar la integralidad de la persona.

No debemos seguir normando o legislando con disposiciones que no calzan, que no funcionan en nuestro medio, en nuestra cultura, en nuestras costumbres, en nuestra necesidad de ser observados y corregidos. De nada nos sirve aplicar normas noruegas, finlandesas, estadounidenses, japonesas, si nuestros alumnos no son ni noruegos, ni finlandeses, ni estadounideses, ni japoneses.

Normamos la viveza criolla, el tratar de sacar la mejor ventaja de la edad, del rol, etc., para la indisciplina y para el no saber asumir las responsabilidades que nos caracterizan como pueblo, como sociedades, que de alguna manera son reacias a la disciplina, el orden, la responsabilidad.

Ojalá que estos hechos, que ya no son aislados, hagan reflexionar a las autoridades para restituir la disciplina en los planteles y el cumplimiento por todos de normas claras que lleven a cada quien a cumplir su rol, asumiéndolo sin temor y aplicando directamente y sin tanta judicialización, los necesarios correctivos.

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