Ajuste necesario

Ahora, cuando estamos por iniciar las clases del segundo quinquemestre, conviene ya que existe el tiempo suficiente para corregir esos detalles que en más de una ocasión se le pasan a la burocracia de la planta central: como no saben de nuestro clima, como no saben de nuestros rigores, ni de los pequeños infiernos en que pueden convertirse las aulas en el mes de marzo, regresaron una vez más a poner en esas fechas el fin del año lectivo. Es en los detalles en los que muchas veces se mide la eficiencia de los equipos de trabajo, y por eso recurrimos a la señora ministra para que realice un ajuste, a lo mejor un tanto al margen de la ley y de lo deseable, porque obviamente no se cumplirían los 200 días laborables, pero en cambio sería una ganancia para la salud física y emocional de los estudiantes de la Costa. No fue de locos el que en su momento se decidiera que el curso lectivo costeño fuese de abril a enero, pues abril y enero resultan ser meses algo más llevaderos en nuestros crudos inviernos y, más bien, sí fue de locos, que por responder a un exabrupto, a un `in promptu´ presidencial del mandatario en turno, que al manchar sus zapatos de barro al llegar a un colegio de Milagro, a la sazón, ciudad sin alcantarillado, la obsecuente ministra en turno cambiara el inicio de clases al mes de mayo. Tampoco fue de locos la decisión tomada hace ya algunos años, de ir regresando al calendario de abril, lo que se interrumpió por la pandemia, pero ciertamente consideramos indispensable el volver a tomar ese camino. El calor no es el mejor amigo del estudio ni de la concentración; dispersa, inquieta, molesta, produciendo ambientes poco gratos para que en ellos se dé adecuadamente el proceso de enseñanza –aprendizaje. Por eso ahora, cuando estamos a tiempo, cuando se puede tomar medidas y sabiendo que todos debiésemos poner de nuestra parte, creemos necesario insistir en que hagamos algo pronto para reiniciar el camino a un año lectivo que vaya de abril a enero, obviamente en la Costa y en aras de buscar y conseguir una mejor calidad educativa.   Dr. Abelardo García Calderón
Sin Comentarios

Publicar un Comentario