07 Mar Bolivia lee

Allá, cuando se vivía la agonía del 2022, nos encontrábamos frente al televisor saltando de canal en canal, y encontramos de pronto una nota que llamó nuestra atención: “el gobierno boliviano cerraba con éxito su campaña Bolivia lee”. Lo hacía desde su ruralidad y desde las palabras que su pueblo llano e indígena quiso expresar.

No crean estimados lectores que se trataba de lecturas en la lengua ancestral aborigen, ni siquiera de un trabajo que se exponía desde la interculturalidad. No, se trataba de una campaña de alfabetización realizada en lengua castellana y con éxitos a todas luces.

Así, en un castellano perfecto, claro, sobrio, sin gerundios ni palabras intercaladas del quichua, se expresaba de manera directa por parte de los agradecidos estudiantes adultos los logros que, por otra parte, eran fáciles de rescatar de la interlocución por la buena dicción, la expresión bien construida y el buen uso idiomático. 

Sí, desde la matriz del Tahuantinsuyo, desde el punto donde el mito ubica a Manco Cápac y Mama Ocllo, se agradecía el haber alcanzado el dominio de la lengua española.

No nos podrán decir que el presidente Luis Arce de Bolivia es un lacayo del imperialismo o un obsecuente y sumiso paje del capitalismo…

Es, y eso lo sabemos todos, un hombre de izquierda, pero que al momento de elegir y mirar al progreso toma la mejor decisión.

¿Deseamos dar cultura a nuestros pueblos indígenas? trabajemos fuerte en una educación que los incorpore al progreso y al camino del desarrollo, que les haga modernizarse y abrirse paso hacia nuevas realidades y mejorías tecnológicas que superen el repetir ancestral con el que siembran, cosechan y viven, para vincularse como entes activos y productivos a la nación.

“Bolivia lee”, sin duda, es una campaña de alfabetización que al tener un claro norte logró objetivos precisos. 

Debemos abrirnos a los idiomas que nos incorporan a la cultura contemporánea, que nos abran paso hacia los retos que plantea el siglo XXI y que nos unifique e identifique como una nación sólida, cercana, fraterna. 

Dr. Abelardo García Calderón