Brisas de cambio

Aunque tenues, en el entendimiento de que son múltiples los escenarios en los que hay que renovar y compleja e intrincada la maraña legal que hay que reformar, comienzan a percibirse cambios que van en la dirección de mejoras en nuestro sistema educativo. Así, el liberar horas obligatorias del tronco común para dejarlas en beneficio de la innovación o la misión de las instituciones, el dejar atrás la amenaza y la sanción como fuerzas motivadoras del cumplimiento, el permitir la racionalidad en el uso de los textos, hablan de mejores tiempos en el mundo educativo. El liberar horarios y calendarios a la discrecionalidad de las autoridades institucionales. El mejor trato para el profesorado fiscomisional, entre algunas otras cosas, nos habla de la buena intención que rodea el ambiente de nuestras autoridades educacionales; sin embargo, el tiempo continua inexorable y acaso se requeriría algo más de rapidez en la toma de decisiones y en el ejecutar otros cambios que son mucho más de fondo y que facilitarían el encuentro con un nuevo modelo educativo en el cual el Estado, genere una mejor oportunidad de desarrollo. Se vuelve indispensable el delegar o mejor, el restituir funciones para los rectores y directores que vieron sofocadas sus actividades por la omnipresencia distrital. Cada institución es un organismo vivo que debe generar su propia cultura, su propia normativa, su propio manejo, incluso, para sostener la propia identidad; por ello, es imprescindible trabajar en eso, acaso con cambios reglamentarios que restituyan la pirámide jerárquica de nombramientos pero que al mismo tiempo preserve la autonomía de las entidades, sean estas públicas o privadas. Que las leves brisas de cambio se vuelvan vientos polinizadores que impulsen el nacimiento de ese modelo ecuatoriano de educación por el que tanto hemos reclamado y seguimos esperando. Una estructura coherente permite una sana administración, y un modelo asertivo y formador, nos dará estudiantes más acorde con las necesidades de los tiempos que hoy vivimos. Impulsemos los cambios con más decisión y velocidad.   Dr. Abelardo García Calderón
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