Buena ordenanza

A pesar de que el hecho venía dándose por décadas y siendo que por habitual pasaba inadvertido para la gran mayoría de ciudadanos, siempre a los educadores nos preocupó el amontonamiento de vendedores ambulantes frente a las puertas de escuelas y colegios públicos; esto porque en casi la gran mayoría de colegios privados se prohibía la presencia de informales. No es que no tengamos conciencia de la necesidad de muchos de nuestros conciudadanos de sobrevivir, mantenerse y auto sustentarse, pero el riesgo de que entre ellos se camuflen e infiltren indeseables o que estos, disfrazados de expendedores, tengan la oportunidad de acercarse a estudiantes, niños y jóvenes, siempre nos preocupó, nos alteró por las consecuencias que ese encuentro entre traficante y alumno, acosador o amigo de lo ajeno pudieran llegar a alcanzar, sin que autoridad alguna comprendiera  la dimensión del problema. ¿Acaso era necesario que una mujer llegase a la alcaldía para que, con la suspicacia e intuición que caracteriza al sexo femenino, pusiera el dedo en la llaga y dispusiese muy racionalmente que estos expendios se trasladen a 200 metros de escuelas y colegios?. Saludamos y celebramos la ordenanza, la creíamos necesaria desde hace ya mucho tiempo. Tenemos que velar por la salud mental y emocional de nuestros niños y jóvenes y por ello debemos mantenerlos lo más alejados posibles del encuentro con sustancias ilícitas u otros riesgos. Sin duda, la seguridad de los centros también mejorará porque en ocasiones entre los vendedores se confundían ladronzuelos que estaban a la caza de las cosas que un niño o joven estudiante pudiera tener para arranchárselas, violentando así su seguridad y su estado emocional. Niños y jóvenes más seguros, más confiados, son un aporte para mejorar como estudiantes. Se anuncia también que en aras de la seguridad del estudiantado, cámaras en la transportación escolar y alrededor de los centros educativos serán incorporadas lo que realmente nos parece una excelente idea. Sigamos sumando en seguridad y confianza para nuestros niños y jóvenes estudiantes.   Dr. Abelardo García Calderón
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