Cambio Forzoso

El siglo XXI con sus avances científicos y logros tecnológicos no deja de sorprendernos: vehículos que se manejan solos, transporte pesado que tampoco requiere de conductor, drones que reemplazan a repartidores, carteros y conserjes, robots que hacen lo propio por empleados de limpieza, meseros y personal de hotelería, son una realidad hoy que abre puertas a la materialización de otros entes de ficción y que sin duda veremos pronto aparecer. Si trabajos como esos están prontos a sucumbir, es claro que la educación de este tiempo debe forzarse a girar fuertemente; lo que conocíamos como trabajos más elementales, más manuales, van a ir cediendo el paso a trabajos de tipo más intelectivo, más exigentes en capacidad de razonamiento y más creativos. La educación más sencilla, más primaria, de repetición, de baja calidad, no puede ni debe continuar; estamos obligados a trascender, a formar otro tipo de inteligencia, a trabajar y pulir a un ser humano para el cual el trabajo simple de llevar y traer, de servir y atender, le estarán cerrando las puertas. Como nunca el reto es desarrollar al máximo la inteligencia humana y el cómo trabajar con ella y a partir de ella. Se vuelven imprescindibles entonces, más que reajustes curriculares, cambios substanciales en el modo de enseñar, en la forma de aprender, en los cómo hacer las cosas para tener éxito generando ya no solo una inteligencia crítica sino una creativa. Junto a la capacidad de análisis, de observación y crítica, habrá que trabajar a fondo en la capacidad creadora del niño y el adolescente para abrir sus mentes al mismo tiempo que se le abren horizontes hacia nuevas ciencias y oportunidades. La aparición de tantos artilugios capaces de sustituir al hombre en el trabajo de detalle y material, obligan a repensar la educación que hoy entregamos para formar las generaciones que deberán sobrevivir en el futuro. El cambio es urgente por necesario y forzoso. Ojalá que como nación atinemos esta vez con la senda  y no desperdiciemos más generaciones incapaces de dar la talla y de estar a la altura de las circunstancias.   Dr. Abelardo García Calderón
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