¿Cómo manejar la frustración de sus hijos?

Hay que entender primero que la frustración es parte normal del proceso del desarrollo. En esta etapa de maduración emocional se intensifican los afectos por lo que es importante no evitarle la frustración sino darle herramientas para gestionarla.

A continuación se detallan algunas estrategias que pueden utilizar según la edad de su pequeño:

0 – 12 meses: Edad perfecta para distraer y redirigir

Distraer: Recursos que cambien su foco de atención y posibiliten un espacio de calma.

Redirigir: Indicar qué cosas sí son permitidas tomando en cuenta lo que quiere realizar.

    • Haga uso de distractores como: burbujas de jabón, juguetes y canciones.
    • A medida que van madurando es necesario implementar la redirección
  • Por ejemplo: “Eso no se lanza, podemos jugar con la pelota”, “Ahora con el celular de mamá no, mejor vamos al parque”
 

1 – 3 años: Anticipar y brindar opciones de acciones a realizar 

Anticipar: Indicarle qué van a hacer, qué esperan de él y recordarle la rutina establecida.

Opciones: Dentro del límite puesto, se le da alternativas para realizarlo. Esto les da la sensación de control.

  • Por ejemplo: “Vamos a ir a comprar comida al supermercado, me vas a ayudar a coger lo que falta en la alacena”, “No vinimos a comprar juguetes ni dulces, solo comida”, “En un momento vamos a salir, puedes escoger entre estos dos pares de zapatos cuál te quieres poner”.
  • Para calmarlos puede hacer: Respiraciones pausadas, ofrézcale agua y abrácelo.
  • Es importante que se validen sus emociones con frases como: “Sé que estás molesto”, “puedes sentirte enojado”, “eso te puso triste” y “está bien llorar”.
   

4 – 6 años

Además de la validación está el reconocimiento y la canalización ya que a esta edad los niños son más conscientes de su entorno y se aplican estrategias para trabajar emociones y la resolución de problemas.

Reconocimiento: Hacerle evidente lo que no estuvo correcto y lo que sí.

Canalización: Brindar otros medios de desahogo emocional que sean funcionales.

Una técnica de gestión emocional será el “Rincón de la calma”:

  • Con materiales reciclados podemos crear este espacio para que en esos momentos de frustración pueda calmarse.
  • Asegurarse que sea cómodo, seguro y cálido.
  • Puede colocarle un nombre como “el refugio” “la casa de la seguridad”, etc., al inicio debemos acompañar al niño para explicarle cómo y cuándo puede usarlo. Recuerde que es importante mantener la calma, esta etapa es un aprendizaje continuo para padres e hijos por ello cada paso y logro alcanzado es significativo.
 
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