Del Yo al Nosotros

Debería ser claro para todos que  los acontecimientos que configuran y construyen la historia nos han de dejar experiencias, sugerencias, enseñanzas. Así, la pandemia que nos alcanzó y nos redujo a cuarentena, debe merecer análisis de observación para sacar de ella las lecciones que a futuro debemos aprender. A la familia, a la educación, también le corresponde ese aprendizaje. Los sanitarios sacarán lo suyo, los administradores políticos lo que les corresponde, pero padres y educadores no estamos al margen, y revisando desde nuestra óptica, debemos obtener lo necesario para corregirnos y corregir el comportamiento de las nuevas generaciones. Sin duda, uno de los puntos a considerar debería ser aquel que constituyó y constituye parte importante del comportamiento de los ecuatorianos ante las disposiciones, normativas y regulaciones que se nos entregaba; en ocasiones el quemeimportismo, la prepotencia, se pusieron por encima del nosotros, de cuidar al colectivo. “Hago lo que me parece, lo que me provoca”, y así se dejó de hacer caso a: no salir, a respetar la cuarentena, a seguir disposiciones, y bajo el pretexto de estar sano y no contagiar se irrespetó horarios, se falsificó salvoconductos; en fin, se impuso egoístamente el “Yo”. Padres y educadores debemos trabajar muy fuerte para que los niños y jóvenes en proceso de formación sean capaces de sopesar no solo los riesgos sino el vivir en comunidad y comprender que en ocasiones el “Yo” debe guardarse frente al nosotros. El individuo algunas veces debe ceder ante el colectivo. La enseñanza tiene que ser permanente y constante, pues no es fácil hacer comprender a niños y jóvenes sobre los derechos y sobre los deberes de vivir en comunidad, entendiendo a cabalidad lo que significa ser ciudadano de una república y miembro de una nación. Que no solo yo me salve sino todos, que la mayoría cuenta, y que en circunstancias de sociedad  debemos trabajar por ella. Reconocer al otro es vital para formarse en un claro y positivo nosotros, de ahí que hemos de trabajar fuerte construyendo ese reconocimiento.   Dr. Abelardo García Calderón    
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