Discursos engañosos

En ocasiones, por parecer simpáticos, por congraciarnos con las mayorías generalmente desconocedoras o por lucir autoridad, los seres humanos caemos en poses y discursos que no son ciertos ni del todo beneficiosos para la consecución de objetivos válidos para el crecimiento personal o comunitario. En efecto, desde hace algún tiempo y con relación a los implementos básicos necesarios para la educación virtual, venimos escuchando a autoridades expresar sin ningún ambages, que este modelo educativo no requiere de materiales o textos escolares y que por tanto estos no deben ser solicitados, creando toda una mala atmosfera entre los padres de familia, quienes demandan a los profesores hasta la creación de literatura y materiales de trabajo más allá de la planificación y preparación de las clases. La educación virtual, o en general, toda la educación a distancia, requiere como aspecto básico que el alumno tenga en sus manos documentos de trabajo: textos, cuadernos de tarea, materiales de escritura y todo cuanto requiera para la investigación, análisis y contraste de datos. Acaso estos documentos pudieran resultar más importantes que las clases mismas, pues será en ellos en los que los alumnos trabajarán construyendo pensamiento. Sería conveniente rectificar la mala información dada y explicar con claridad el valor que los libros tienen en la educación como provocadores de ideas, como gestores de conocimiento y como apoyo fundamental para que ese pretexto que resulta ser el currículo, sirva como catapulta del pensamiento, desarrolle y cree inteligencia. El alumno debe aprender que debe ir más allá de la palabra profesoral, que debe buscar perseguir la información para desarrollar su pensamiento científico. Corrijamos pues el error sembrado con ese discurso engañoso y todos, autoridades, profesores y alumnos, demos clara valoración a las herramientas de trabajo y a su necesaria presencia en el proceso de enseñar – aprender. El texto, los cuadernos de trabajo y materiales son indispensables en el proceso de educar a distancia.   Dr. Abelardo García Calderón
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