Ecos electorales

Habiendo corrido algo de agua bajo los puentes, volvemos la mirada al último acto electoral, no para comentarlo desde la política, más bien para enfocarnos en el civismo y madurez selectiva de los votantes. Votantes que al fin y al cabo son ciudadanos, según, nuestra Constitución, desde que nacen y que han crecido en comunidad, aunque al margen de Formación social.

Así es, cuando el mitin ha sido sustituido por el bingo. Cuando la idea ingeniosa ha sido reemplazada por la dádiva. Cuando la trayectoria de servicio se cambia con aventuras tiktoqueras, ciertamente que debemos preocuparnos y preguntarnos, ¿Adónde se fue el civismo? ¿Qué ciudadanos hemos formado?.

En nuestra opinión, penosamente se están formando generaciones carentes de identidad, sin apego, sin raíces, sin instituciones, más allá de que la mirada de muchos esté hacia el exterior por circunstancias de subsistencia y economía.

Con el descuido de una sólida formación en cívica y moral, hemos gestado electorados que simplemente votan por costumbre, por la cuantía del regalo o por los atractivos del candidato. Ya no importan tanto las capacidades ni las certezas del cumplimiento, de la palabra empeñada en campaña, como cuánto sacaré si el candidato gana.

Debemos retomar con fuerza los aspectos formativos del área social, debemos robustecer los canales de la historia y de la nacionalidad, sabiendo sí que estamos globalizados, que el mundo se achicó y que también existe una ciudadanía universal, pero clarísimos de que aquel que no es capaz de manejarse positivamente en lo poco o lo cercano, no lo podría hacer en lo amplio y ajeno. La Patria tiene que ser conocida.

Junto a los derechos, los deberes de los ciudadanos tienen que ser resaltados; los héroes propios, los grandes líderes nacionales tienen que ser expuestos para que sirvan de modelo, de ejemplo. 

No pedimos regresar ni replicar el pasado pero sí debemos nutrirnos de él para consolidar una ecuatorianidad que se desvanece y que no podemos perder, por ser, sin duda, la base fundamental de la nación, del modelo republicano y de la idea de patria que debemos venerar.

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