FECHAS HISTÓRICAS

Hay tiempos en los que la patria nos habla al oído, nos llama, acaso nos reclama mejor atención y fidelidad. El Día de la República, recordado el 11 del mes pasado; el Día de la Bandera, el 26 de septiembre, y hace poco, la celebración del 9 de Octubre que consagró el primer Estado ecuatoriano con  su grito libertario, han de ser fechas que nos lleven sin duda a reflexionar como nación. Cuando los malos hábitos de ciertos ciudadanos y las malas prácticas de algunos políticos inundan de mal ejemplo y desazón la conciencia ciudadana, es bueno que trabajemos desde la educación para sembrar civismo, para sembrar ciudadanía, para sembrar nación. La tarea será fuerte, acaso difícil, la labor será lenta, pues los frutos siempre tardan cuando se requiere de procesos y cambios generacionales, pues la corrupción, la enajenación por el dinero puesta como forma de vida y el uso de la política como licencia para ilícitos, marcan con decepción, desazón, a las generaciones que lo atestiguan. La patria cambia cuando los ciudadanos cambian, la nación resurge cuando cada quien dentro de sí genera la voluntad de ser distinto y mejor. Es necio esperar que la sociedad, que la comunidad toda se modifique y regenere si no trabajamos en el cambio individual de cada quien. Es la suma de buenos la que dará una buena sociedad, es la honestidad de muchos la que hará una sociedad honesta. Si bien en el corto plazo la justicia y la disuasión deben encargarse de lo acaecido, en el largo plazo es en el aula y en el seno familiar donde debe trabajarse para dejar claro lo honesto, lo bueno, lo justo. Si el que me hijo copie es viveza plausible, si el que me hijo delinca comprando y vendiendo pruebas es muestra de emprendimiento, si la mentira, el desparpajo y la insolencia se justifican, no tendremos opciones para cambiar y mejorar la nación. Es tiempo de desandar caminos, de regresar a las huellas de los buenos ejemplos y modelos, a las palabras sabias, al verdadero triunfo antes que el éxito fugaz. Que las fechas históricas nos ayuden para ser mejores hijos, mejores alumnos. Dr. Abelardo García Calderón
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