Héroes para una patria triste

“¿Dónde estás Guayaquil ciudad procera?” – “¿Dónde están nuestros héroes?”, esos grandes que tomando en su diestra tu bandera, subieron del Guayas a los Andes”.

Así decían los versos de un poema cuyo autor lamento no recordar, pero sin duda, qué oportunos para estos tiempos en los que náufragos sin capitanes y desconcertados sin líderes nos encontramos las gentes de esta patria ecuatoriana.

Hoy, cuando mañana recordemos el natalicio de Abdón Calderón, y en pocos días el 2 de Agosto, la matanza de los héroes de Quito, no podemos menos que extrañar esas tallas, esos modelos que en ocasiones, lamentablemente, nosotros mismos, hemos tratado de nublar y hasta ridiculizar. Con el mote de economicistas e interesados, opacamos a los de Quito; y del Cuencano Calderón se llegó hasta negar su existencia.

En una patria tan necesitada de héroes y modelos, hemos sido nosotros mismos los encargados de borrarlos de la pizarra de la historia, desmereciéndolos, olvidándolos, o como a Calderón, insuflando la leyenda hasta casi llevarla al ridículo, cuando se convierten las balas en cañonazos y cuando prácticamente se hace del desmembrado un superhéroe, que ya sin brazos pone la bandera en su boca y entonces grita ¡Viva el Ecuador! antes de expirar.

En este caso, es verdad que la falta de historiología llevó por años simplemente a repetir lo que Manuel de J. Calle y otros, en las Leyendas de tiempos heroicos generaron como mito. La verdad es que en el parte de Sucre solo se habla de cuatro heridas que no debieron ser fulminantes porque en el mismo documento se dice que: “seguramente morirá”, lo que en efecto ocurrió el 7 de junio posterior a la batalla.

Pero el tema mal manejado sirvió para que muchos ingenuos asuman la leyenda como verdad histórica y la repitiesen aun en las aulas por mucho tiempo.

Pero más allá de eso lo importante es establecer que debemos formar héroes, es decir, gente con capacidad de resiliencia, gente con capacidad de hacer más de lo que les toca, con pasión e identidad, con entrega, y eso nos corresponde conquistar en nuestras aulas: héroes para la patria.

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