02 Oct Ideas lamentables por infundadas
Rectificar es prudente cuando lo exige la realidad, y es lo que ha hecho el Mineduc cuando derogó el Acuerdo 00055-A, que ciertamente provocó innúmeras reacciones, desconcierto y rechazo en el sector educativo, pero en el fondo más que el acuerdo en su esencia nos inquietaban las ideas base.
En efecto, las normas pueden ser promulgadas y derogadas, ratificadas, rectificadas o reformadas durante un ejercicio gubernamental, pasa a menudo; por ello, el acuerdo en sí mismo no nos preocupaba tanto como el saber que tan lamentables ideas estén ya a tan alto nivel, tan cerca de los oídos de los ministros y listas para filtrarse, cambiándolo todo.
Así, ya en el sanctasanctórum de nuestro sistema educativo nacional rondan ideas equívocas por irreales: de que robar el conocimiento ajeno no es daño, que el plagiar o el tomar pensamientos de otros como nuestros, no es falta; que destruir propiedad privada no amerita reprimenda o que mientras haya mutuo consentimiento cualquier acto afectivo puede llevarse a cabo en las instituciones educativas.
¡Ay de los ingenuos funcionarios que tragan la rueda de molino de que por técnicos, ciertos administrativos burócratas deben conservarse y permanecer! sabiendo que el agente ideologizado jamás renuncia a verter sus ideas por “técnico” que parezca, por especialista que luzca, por docto que sea.
Son las ideas las que dañan, las gentes son solo canales desde los que se filtran; por ello, hace falta siempre políticas claras, rumbos ciertos, para educar a nuestros alumnos dentro de nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestra formación.
La idea no debe ser la de desterrar o menospreciar la disciplina, esta es básica y necesaria para construir los marcos educativos en los que se enseña y aprende; son los métodos, los procedimientos, los que pueden equivocarse y confundirse.
¿Queremos un mejor ciudadano? formémoslo pues en el respeto al otro, en la autoexigencia, en el reconocimiento de la falta, en el asumir responsabilidades, en valores y principios; enseñándole que toda causa tiene un efecto y que cada acto tiene una consecuencia.
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