IDENTIDAD Y PERTENENCIA

En ocasiones los ecuatorianos queremos cosechar lo que no hemos sembrado y obtener frutos jugosos y frescos de lo que no cultivamos. Podría decirse que somos especialistas en pedirle peras al olmo y en no entender que los resultados, que las consecuencias, vienen de una causa que en ocasiones nosotros mismos sembramos. Y es que renegamos de la falta de identidad, de la falta de civismo y de amor patrio que en ocasiones se siente en las nuevas generaciones, pero habría que preguntarse parafraseando al poeta: ¿Hemos dejado sentir la patria?. Expertos somos en desmerecernos como nación: el pasillo parece cholada, el folclor nacional, pueblerino; las costumbres y tradiciones las ahogamos embozándolas de modernidad, ecologismo o pensamiento global, sin estar claros en que sin identidad propia no puede darse una real globalización. Obviamente, sin identidad, sin raíces que nos conecten con la tierra que nos vio nacer, con su historia, con sus poetas y expresiones culturales, será muy difícil desarrollar un sentido de pertenencia o encontrarse en los colores patrios o en los sentimientos de nación, todo esto requerido para fortalecer un sentimiento fuerte y sólido de ciudadanía. Trabajemos sin desmerecer aquellas cosas que nos son connaturales, aquellos juegos autóctonos que nos asocian con las tradiciones y aquellas costumbres que son capaces de generar cultura. Solo así podremos obtener gente formada en ciudadanía, capaz de amar al Ecuador sin defraudarlo, sin escarnecerlo ni robarlo. Debemos recordar que siempre se cosecha lo sembrado. Hemos enseñado a las nuevas generaciones a ¿Amar  la patria? ¿A respetar e interpretar sus símbolos? ¿A ponerla por encima de todo y después de Dios como en el lema nacional?. Ciertamente no, y entonces: ¿Por qué hemos de tener buenos ciudadanos? ¿Por qué hemos de tener honestos funcionarios y mandatarios? ¿Por qué esperamos impolutos jueces?. Trabajemos en lo que nos falta, reparemos el daño realizado y hagamos desde el aula  buenos ecuatorianos con clara identidad y sentido de pertenencia.   Dr. Abelardo García Calderón
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