09 Abr Materias de relleno
Las elecciones y las formas de votar de la ciudadanía suelen revelar realidades muy duras y tristes que de alguna manera nos entregan una radiografía de la condición moral, ética, psicológica e intelectual del votante, el poco compromiso cívico y la casi ninguna valoración axiológica sobre los diversos candidatos.
Asumido como una obligación, el voto resta otras connotaciones que son acaso las más importantes; sigue no siendo raro escuchar: “voto porque me regalaron algo” sin tener en cuenta que ahí hay una compraventa de conciencia, o peor, el justificar inasistencias por temores de salud o contagio, escudándose en el “mejor voto en la segunda vuelta” ya que este papel de presentación dura poco”, por no citar otras conclusiones más tristes y penosas que justificaban la no concurrencia.
Así, desde nuestro sesgo docente, resulta difícil no relacionar lo ocurrido con la falta de formación y con el retiro en cuanto a lo académico de ciertas materias formativas que aportaban a la constitución de una conciencia nacional y aún más elevado razonamiento.
En efecto, bajo la consideración de materias de relleno se fue sacrificando la moral, la cívica, la ética, los problemas filosóficos, la lógica, entre otras asignaturas que contribuían a desarrollar el espectro de la inteligencia y el mundo de valores que habían de constituir al ciudadano.
Las materias de relleno se llevaron la opción de formar humanísticamente al estudiante adolescente y con ello se ocasionó, por supuesto, un grave daño a la persona humana que se estaba forjando en las aulas. Si a esto se le añade la complacencia, el dejar hacer y dejar pasar, la laxitud y la poca firmeza con que se decoró el modelo educativo de los últimos años, obtenemos como resultado seres pusilánimes, aborregados y capaces de rendirse ante la primera tentación, ante la utópica oferta.
Retomemos para el currículo las áreas humanísticas para formar realmente seres humanos con capacidad de selección y de análisis para elegir sus representantes, ya que se ha perdido más que materias de relleno.
Dr. Abelardo García Calderón
Sin Comentarios