Otro poderoso motivo

Ya hemos hablado sobre el mejorar el modelo de educación en base a la necesidad de urgir el trabajo en valores y principios, también lo dijimos a partir de la necesidad de salvar el modelo democrático que escogimos; pero en esta misma línea hay otro factor, otro motivo que debemos atender. Si observamos el mapa de América Latina encontramos cómo la gente, más que elegir presidentes, buscan dictadores, autócratas, verdugos; ya sea en la izquierda o en la derecha, el electorado reclama presencias caudillistas, lejanas por su puesto de la calidad de estadista que se requiere, pues son estos los que miran a futuro y piensan en la nación y toman decisiones en base en ello y no en el ganar la siguiente elección y el cómo mantenerse un periodo más en el poder. Debemos generar un modelo educativo que trabaje más en la responsabilidad de cada quien y no solo en el conseguir el bien personal y el resultado fructífero que me beneficie, sin importar que ese ejercicio dañe a terceros o perjudique al Estado. Estamos acostumbrados a salirnos con la nuestra, aunque no sea eso lo que la patria requiere y la nación busca para progresar. Que me suban el sueldo aunque el Estado no tenga fondos para pagar, que le suban los gastos al IESS porque se abrió la atención a cónyuges e hijos sin incrementar los ingresos que sustenten esas nuevas responsabilidades económicas, hablan con claridad de los silencios que a veces guardamos cuando por política o conveniencia personal, preferimos callarnos aunque sepamos que la medida no es buena y tan solo significa pan para hoy, hambre para mañana. Esas dos pequeñas perlas son suficientes para demostrarnos que no estamos preparando adecuadamente a la persona que asiste a escuelas y colegios. Que la viveza criolla, que los intereses gremiales, pueden en un momento determinado, salirse con la suya y estar por encima de las urgencias  y necesidades comunes y nacionales. El elegir caudillos, el aplaudir decisiones irresponsables, nos grita la urgencia de trabajar fuertemente en lo social y fortalecer la conciencia, la responsabilidad y la voluntad del ciudadano.   Dr. Abelardo García Calderón
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