Penoso compromiso

Se dice que los políticos en ciertos momentos, haciendo al margen la ética, toman decisiones bajo la idea de que el fin sí justifica los medios. Y así, poniendo por delante objetivos de “alto interés nacional” sacrifican cuanto esté al paso. Algo de eso ha pasado en las famosas mesas del diálogo con la Conaie, cuando se toma la resolución de generar en la práctica un ministerio de educación indígena que es lo que implica el entregar autonomía absoluta al subsistema de educación intercultural bilingüe para que sea organizado, administrado y llevado totalmente por los líderes de la confederación. Otorgar a un modelo fracasado que no ha podido demostrar en ningún momento el mejoramiento de la calidad educativa de quienes atiende, realmente resulta una barbaridad. Genera una isla, un mundo aparte, un limbo en el que puede pasar cualquier cosa sin que las autoridades del ministerio puedan responsabilizarse por ello. Más allá de ser discriminatorio porque con ese criterio los subsistemas de educación particular, fiscomisional o municipal debieran recibir el mismo trato; el objetivo no se va a alcanzar porque penosamente no va a funcionar. Y no funcionará porque lo que menos les interesa a esos mal llamados “líderes” es hacer pensantes a las huestes de sus seguidores a los que enseñan; y lo que sí quieren, es una independencia que les permita indoctrinar, aislar, resentir y manipular a las generaciones cautivas en sus aulas. En efecto, no solo son los 130 millones de dólares anuales que manejarán sino la autonomía total que se ha entregado lo que realmente nos preocupa, por la nación, por la democracia, por el país. Con dinero y con capacidad de esparcir sus doctrinas separatistas y de resentimiento, no duden estimados lectores, que la convivencia a futuro será muy complicada sino imposible, pues lejos de trabajar en la solidaridad, en la unidad, y en el patriotismo se trabajará en el dolor de haber sido conquistados hace 500 años, en el resentimiento, en el odio, y en el deseo autócrata de imponer sus criterios, su ideología, su amargura.  
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