¿Qué hacer? ¿Qué esperar?

Al ser la educación un arte-ciencia de largo aliento y, sabiendo que el nuevo gobierno tiene apenas quince meses para operar, es poco lo que podemos esperar en cuanto a cambios trascendentales, más aún si de por medio esta todo lo urgente de reconstruir y restablecer, sin contar con los daños que el fenómeno de El Niño pudiese causar. Sin embargo, sí hay cosas en las que, si se asume con seriedad el poco tiempo de gestión, se pueden conseguir o establecer como cimientos de una construcción futura.

El ministerio bien puede elaborar un nuevo proyecto de ley de educación que supla la mala norma que hoy tenemos pero que, por sobre todo, mire al futuro y abra las puertas a los nuevos modelos que se requieren hoy para educar, sin seguir anclados en solucionar problemas vividos o sufridos en el pasado áulico de funcionarios y parlamentarios.

Necesitamos un proyecto de ley que estrene futuro, que enfrente el reto tecnológico incluida la inteligencia artificial, hoy tan en boga y herramienta determinante en el mundo del siglo XXI.

Necesitamos el diseño de nuevos espacios educativos, olvidando las enormes infraestructuras que hacen que la educación pública sea tan difícil de manejar cuando no hay la correspondencia de un organigrama humano capaz de supervisar, hacer controles, etc.

Es urgente no construir espacios que alberguen más de 1.200 estudiantes y, si se lo intenta, contar con los espacios suficientes para que las distintas edades de los alumnos no se encuentren en el día a día y no compartan servicios ni territorio.

Buscar la jornada educativa extendida no estaría de más, diseñar los horarios y calendarios para mantener más tiempo a los niños y jóvenes dentro de espacios pedagógicos seguros, sería prudente y lo ideal; obviamente, derogando la famosa tabla de consumo, manteniendo los espacios pedagógicos libres de toda violencia y garantizando en ellos la paz necesaria para su funcionamiento, devolviendo a las autoridades institucionales todo el poder de gestión que necesitan para construir claros marcos disciplinarios sin los que educar es muy difícil, si no imposible.

Sin Comentarios

Publicar un Comentario