06 Jun Rezagos pospandémicos
Si no fuera una campanada de alerta sobre la que hay que trabajar de manera urgente, acaso sería motivo de risa, pues el recuentro con los niños pequeños y no tanto, nos devela las necesidades que estos presentan al momento de realizar las respectivas coordinaciones corporales y de desplazamiento.
En efecto, es curioso cómo se han perdido habilidades. Ver una clase de educación física y caer en cuenta lo extraño y difícil que se les hace a los niños desplazarse, hacerlo con obstáculos, lateralizaciones y pequeños saltos en uno o dos pies, nos habla del sedentarismo y, por tanto, la escasa movilidad que durante los últimos años han tenido. La lentitud en subir o bajar escaleras nos habla de la inseguridad que sienten y la falta de ejercitación que manejan.
Observar cómo a las horas de entrada y salida les cuesta a los niños entre 5 y 6 años manejar en una mano la mochila y al mismo tiempo en la otra la lonchera; esto nos indica la necesidad de trabajar con ellos, adiestrándolos para que recuperen ese andar que necesitan para movilizarse seguros y autónomos. El andar pinguinesco tiene que ser olvidado para dar paso a ese pisar firme y autónomo que ya un niño debería manejar a esas edades.
Otro recuerdo que nos deja la pandemia y en la que debemos trabajar está dado por el sobrepeso y las libritas de más que muchos de ellos han adquirido. En esto se nota también el abandono del ejercicio, la soledad y ansiedad a la que durante aquel tiempo pandémico estuvieron expuestos.
Como se ve, trabajo no falta para los profesores en estos primeros días del reencuentro, gracias a Dios nos animan esos ojos vivaces y alegres, esas risas festivas y ese entusiasmo que casi todos han demostrado al volver a clases. Aunque entre los más pequeños, hablamos de dos y tres años, los lagrimones y llantos sobreactuados se han vuelto a revivir en el jardín de infantes.
Por tanto, antes de enseñar cualquier cosa, trabajemos primero en darles la seguridad y confianza que les haga progresar, avanzar y caminar hacia la autonomía corporal y mental que requerimos como punto inicial del aprendizaje.
Dr. Abelardo García Calderón
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