Si no fuera una campanada de alerta sobre la que hay que trabajar de manera urgente, acaso sería motivo de risa, pues el recuentro con los niños pequeños y no tanto, nos devela las necesidades que estos presentan al momento de realizar las respectivas coordinaciones...

Lo curioso, estimados lectores, resulta ser que en nuestro país la irresponsabilidad no es privilegio de niños y adolescentes o del pueblo llano; en ocasiones asciende a las altas esferas, pues ya sea por vanagloria, por conveniencia o por temor, muchos políticos, mandatarios o representantes...