Un camino para enmendar

Hace ya algunas notas atrás comentábamos los riesgos y peligros que las nuevas disposiciones sobre requisitos para integrar el consejo estudiantil en los planteles habían develado. Tenemos información de que se revisa aquello para ubicar las cosas en su justo sitio y conseguir que estos organismos estudiantiles no caigan en malas manos.

Conversando con directivos de instituciones se revela otro problema que puede servir de mala semilla en la mente de los jóvenes que avanzan hacia el ejercicio ciudadano; esto es, la disposición de que con un 1,5% de matriculados, cualquier grupo puede plantear una lista de candidato. Esto implicaría, por ejemplo, que una institución de mil alumnos podría tener tantas candidaturas como cada quince estudiantes las propongan, lo que obviamente resulta insólito aunque a la norma se haya trasladado el porcentaje de nuestras votaciones generales.

Debemos recordar que al formar para la vida debemos preparar al estudiante a no repetir los errores que nosotros cometemos: proliferación de candidatura, caudillismo, abuso de la demagogia, etc., y que para ello nos valemos de experiencias que podemos llamar laboratorios, en este caso: democráticos, talleres o experiencias recreadas. Por tanto, no necesitamos aplicar las normativas de los adultos porque nuestros alumnos no lo son y apenas caminan hacia esa condición.

La democracia no persistirá haciendo o repitiendo los errores que vivimos sino corrigiéndolos, fortaleciendo mentes de cambio, capaces de proponer alternativas diversas con fórmulas diferentes.

Revisemos pues para que la experiencia de símil democrático deje lecciones y enseñe a los que crecen y maduran como personas capaces de enfrentar más tarde los retos que les esperen. Preparemos jóvenes demócratas haciendo que cada uno de ellos vivan y asuman roles adecuados de electores, de elegidos, de competidores y contradictores.

Finalmente eso es lo que deseamos, eso es lo que buscamos con estos ejercicios que remedan modelos democráticos para que los adolescentes aprendan a transitar por ellos y vivirlos.

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