07 Oct ¿Cómo huele la tranquilidad?

Cuando una institución educativa con el paso del tiempo llega a cumplir 75 años de existencia, es claro que en esa trayectoria haya visto pasar muchos momentos y etapas históricas en las que sin duda se vivió sobresaltos y logros, progresos de la sociedad y contiendas, apoyos y desamparos. 75 años de servicio y entrega de trabajo, de tres generaciones, de sostener un ideal, principios y valores educativos, hablan de la confianza de las familias y del reconocimiento que entrega la fe. Sin duda, en 75 años se ha visto correr mucha historia, se han vivido momentos  de aplauso y desencanto, de estímulo o acoso, según la autoridad educativa en turno; de bienestar y de urgencias, de triunfos y avatares; en fin, se ha visto tanto que siempre fue claro y oportuno aprender de las circunstancias y adecuar el modelo cada vez de mejor manera para cumplir en cada momento. Una vez más, con motivo de esos 75 años, el Instituto Particular Abdón Calderón – IPAC, ha recibido muchos reconocimientos de instituciones públicas y privadas, pero hoy queridos lectores, queremos compartir con ustedes uno que nos parece absolutamente especial, que nos conmovió y que nos revela que ciertamente caminamos por buenas sendas y conseguimos nuestros objetivos. Este año, cuando una niña que reingresaba al plantel fue preguntada por qué quería hacerlo, respondió: “porque el IPAC huele a tranquilidad”. En su cabeza de pequeña de ocho años posiblemente nos quería decir que en la institución se sentía segura, acompañada, que había afecto, comprensión y buen ambiente; a lo mejor nos quería decir que se sentía estimada y querida. Sin duda, ese olor a tranquilidad que ella percibe lo entregan los estamentos con los que ella comparte: sus compañeros, profesores, el entorno en el que se desenvuelve, y sin quererlo entregó uno de los reconocimientos más grandes que se puede dar a una institución educativa, sobre todo hoy, cuando se reclama que los colegios y escuelas sean ambientes de paz.                                                                                                         Dr. Abelardo García Calderón