22 Nov Presencialidad
Nadie puede negar la gran diferencia de los resultados académicos entre quienes concurren al aula y quienes siguen el curso desde casa. Nadie puede decirnos que no hemos abogado por la presencialidad, su necesidad y extrañado su eficiencia; por ello, saludamos el anuncio, aunque este no tenga sentido de oportunidad, al menos en el cierre del año lectivo de Costa.
Nos explicamos: más allá de que la medida establecería cambios importantes en el ordenamiento familiar e institucional, apenas a veinte días de concluir el año lectivo, hay situaciones que deben considerarse para evitar problemas fundamentalmente logísticos y de organización (transportación, alimentación, horarios), sobre todo porque dentro del sistema se viven situaciones absolutamente diferenciadas que van, desde las instituciones que están en la semipresencialidad hasta otras que por decisión de padres o cuerpo docente no han concurrido para nada a las aulas.
En la educación pública lamentablemente ni directivos institucionales ni profesores se apersonaron para cuidar y mantener sus planteles, bienaventurados los que sí lo hicieron.
En buena parte de la educación privada muchas instituciones recibieron el “no” como respuesta de los padres para la apertura de clases presenciales, constituyéndose así escenarios absolutamente diversos que van, desde espacios no preparados físicamente para recibir estudiantes hasta el de instituciones que pasarían de pronto de la cero concurrencia al cien por ciento de presencialidad, o al de aquellas en las que los padres aún resistan el enviar a sus hijos a clases.
Ante tan diferenciado abanico de situaciones y circunstancias, creeríamos prudente no lanzar una única disposición obligatoria sino más bien permitir que las instituciones establezcan su culminación de año lectivo de acuerdo a las realidades internas que a cada una le corresponde vivir, dejando claro que la presencialidad total y absoluta, obviamente en la Costa, arranque desde el año lectivo 2022-2023, sobre todo cuando tan solo el 15% de los estudiantes recién concurren a clases.
Dr. Abelardo García Calderón
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